Cómo escoger el color de tu sofá II
¿Escoger por gusto personal? ¿Quedan mejor los colores claros o los oscuros? ¿Qué influye en la decisión?
En otra entrada hemos hablado ya de un par de cosas a tener en cuenta a la hora de escoger al rey del salón. Ahora, te traemos otros pocos que te sacarán de dudas y te permitirán zanjar la decisión.
1. El blanco es una apuesta segura
Pese a que tiene fama de ser fácil de ensuciar y difícil de limpiar, cada vez hay más tipos de tejidos de colores claros que se limpian fácilmente con un paño húmedo, sin deber recurrir a fundas de sofá y cojines. Si tienes dudas sobre estos tejidos, algunos son tapicería que cuenta con una amplia composición de poliéster, como el terciopelo sintético (estos son quizá los más resistentes).
2. Cojines: herramientas para crear contraste
Si te gustan los colores vivos pero no quieres caer en el abuso de este arma de doble filo, lo mejor es que reduzcas tus ambiciones y se lo dejes a los cojines. Con los textiles, por ejemplo, tienes muchísima libertad para añadir tus colores preferidos, jugando además con diseños y materiales. Gracias a las fundas de estos puedes ir jugando con las épocas, como buscar temáticas navideñas en otroño invierno o seguir tendencias en color y estación del año. Destacamos aquí el uso de los colores frescos, como son los azules o amarillos en primeravera-verano y colores cálidos, marrones y terracotas, en otoño-invierno.
3. ¿Qué pasa con los sofás estampados?
Los sofás con estampados llamativos son una de las opciones menos escogidas, ya que estos tienden a aburrir conforme pasa el tiempo. Sin embargo, la vida es demasiado corta como para no entregarte a un sofá que te agrade especialmente. Así que, si te has enamorado de algún sofá con estampado, lo mejor es tratar de combinarlo con otros textiles circundantes: cortinas, butacas, alfombras… con preferiblemente tonos lisos, que aporten un poco de sobriedad y permitan que el estampado del sofá destaque. Recordemos que las fundas aquí son las reinas, pues en ocasiones le salvan la vida a aquellas familias que tienen mascotas o niños pequeños.
4. Las fundas
A estas se les debe tratar con el respeto merecido y cosechado. Elección predilecta en los hogares que cuentan con cachorros, ya sean humanos o animales. A partir de aquí, basta con elegir un color que encaje con el salón, esté de moda o menos, ya que podemos ir cambiándolo en funciones de tendencias, estaciones etc. Ya que los sofás se encuentran en zonas de alto movimiento, es decir en habitaciones que cuentan con televisión, comedor o, en general, espacio por lo que pasa mucha gente y esta invierte mucho tiempo en él, tener una funda de un tono similar permite poder limpiarla cuando ya haya pasado su turno y mostrar un sofá con tapizado como nuevo.
En conclusión, las fundas son una de las mejores alternativas ya que permite que si el sofá se mancha podemos introducir estas fundas cómodamente en la lavadora y volver a lucir una pieza de diez. Un truco: ten al menos dos fundas en casa, para que cuando laves unas puedas añadir rápidamente otra en su lugar y así evitarte más de un disgusto. En la anterior entrada os hablamos de cómo ante la duda de color deberías tender a un tono neutro que disimule la presencia del mueble en el espacio, pero hay una alternativa: darle protagonismo. En lugar de buscar la solución integrando el mueble en el espacio, se construye el espacio alrededor del sofá. De esta forma, se puede optar por un color más intenso, un estampado llamativo o incluso centrarse en los cojines. De todas formas, el salón es por muchos considerado el corazón de hogar, mereciendo por ello un cariño y atención considerable. Siendo el sofá el centro de este, debemos buscar uno que además de bonito se adapte a las necesidades y gustos de tu familia. ¿Quieres ver sofás o comentarnos alguna duda? ¡No dudes en llamarnos o mirar nuestros modelos en la web!